¿Cómo identificar nuestro tipo de piel?

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La piel de nuestro rostro y del cuerpo, es completamente diferente, es por ello que los cuidados deben de ser específicos para cada uno. Nuestra cara está más propensa a sufrir alteraciones, ocasionadas por los agentes externos como la contaminación, el medio ambiente y el sol; para darle los cuidados necesarios, que la piel nos exige, es necesario primero que nada, conocer el tipo de piel que tenemos y cómo evoluciona a lo largo del día. El método infalible para determinar nuestro tipo de piel es:

  1. Remover por completo el maquillaje del rostro, en seguida lavarlo con un limpiador suave, secar con una toalla limpia. Es importante no aplicar ningún tipo de crema o tratamiento; esto es para permitir a la piel actuar de manera natural, sin la influencia de agentes externos.
  2. Esperar 30 minutos.
  3. Examinar las mejillas, barbilla, nariz y frente, buscando rastros de grasa.
  4. Esperar otros 30 minutos.
  5. Es momento de evaluar si la piel se siente seca o acartonada, podemos realizar movimientos gesticulares para observar las zonas más secas.

Al tener identificadas las zonas secas o grasas del rostro es más fácil determinar nuestro tipo de piel; existen cinco tipos:

Piel normal

La piel normal es probablemente la más fácil de tratar, ya que no necesita cuidados especiales. Este tipo de piel presenta una textura regular y no tiene imperfecciones. Además, tiene un aspecto suave y limpio sin necesidad de hacerle nada. La piel con poros pequeños, buen riego sanguíneo y un color rosado, es una piel normal o eudérmica. Debemos tener cuidado con factores exógenos y endógenos, que pueden cambiar nuestro tipo de piel.

Piel seca

La piel seca carece de los lípidos que necesita para retener humedad y formar un escudo protector, frente a influencias externas. Si sentimos la piel tirante y rígida, que se pela o se escama y que tiene un aspecto apagado, estamos ante una piel seca. Suele tener manchas y, en ocasiones, parece más deteriorada de lo que realmente está, además de que se ve muy afectada por los cambios climáticos. Para combatir la piel seca, es necesario atacarla desde adentro, la hidratación es la principal arma, además de cremas humectántes de cobertura media, para mantener la piel suave todo el día.

Piel grasa

Una piel grasa desprende grasa y es brillante, especialmente en la llamada “zona T” (frente, mentón y nariz). Presenta poros abiertos, imperfecciones, y da un aspecto de estar sucia. El mayor problema de este tipo de piel son los granos y puntos negros. Una piel grasa debe exfoliarse a menudo, para evitar la suciedad; la limpieza de la misma, con productos naturales astringentes, es fundamental, además de utilizar productos, ya sea cosméticos o tratamientos oil free.

Piel mixta

La piel mixta es tal vez una de las que más cuidados requieren. Y es que ese tipo de piel presenta una zona grasa y otra seca. La zona grasa se haya en la zona T, con puntos negros, acné y brillo. A su vez, la zona externa que son las mejillas,  presentan sequedad, y debajo de los ojos se forman líneas de expresión. Hoy en día existen tratamientos para combatir la piel mixta, pero siempre es importante prestar atención a los productos, y su reacción con nuestra piel.

Piel sensible

Esta piel puede tener característica de cualquiera de las anteriores, pero además, reacciona a casi todos los productos, se irrita con las temperaturas extremas y causa sarpullidos y picores. Los productos químicos del cuidado de la piel y los jabones, suelen afectar a este tipo de pieles. Por eso, las pieles sensibles son ideales para la utilización de remedios naturales o hipoalergénicos,  que no las irritan ni provocan reacciones alérgicas.

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@DeDiosasyMas

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