Río de Janeiro es el foco de atención, con un grandioso evento de fútbol que hizo vibrar a los aficionados, y próximamente sede de los juegos olímpicos, la firma Louis Vuitton no perdió la oportunidad de tener como escenario el lugar de moda, para presentar su más reciente colección: “Crucero 2017”. Chanel encabezó en mayo el inicio de la gira de las pasarelas de mitad de temporada, en Cuba, hecho que sorprendió a todos los amantes de la moda, pero Vuitton no se quedó atrás, trayendo un espectáculo que superó cualquier barrera espacio-temporal.
La pasarela recorrió de pies a cabeza el Museo de Arte Contemporáneo de Niterói, edificio blanco en forma de platillo, ubicado al borde de la bahía de Guanabara. Las modelos caminaban serpenteando entre los pasillos del recinto, mientras los asistentes al evento disfrutaban de la front row, sentados en cajas, nada ostentosas, para no minimizar el espectáculo.
Nicolas Ghesquière, director creativo, fue el encargado de la producción de esta tercera colección crucero, de la firma francesa, convirtiéndose en una de las más coloridas y también más originales de las que se han presentado hasta ahora. El diseñador apostó por vestidos de cortes asimétricos, con colores vivos y tejidos futuristas, haciendo uso del neopreno, que se adapta a la silueta; también ligeras pieles de ante y lujosas lentejuelas, que convierten las prendas más sobrias en espectaculares piezas para la noche. Los escotes de pico y las aberturas en los costados, también formaron parte de las propuestas. En lo que al calzado se refiere, las sandalias se vieron más sencillas y los bolsos revitalizan diseños clásicos de la marca.
En la colección, Guesquière rinde homenaje a dos artistas brasileños: Helio Oiticica y Aldemir Martins, sus obras se trasladaron a los prints que engalanaban las prendas.